Los cambios demográficos en 2031 |
Dos
noticias publicadas con pocos días de diferencia advierten que el
futuro de España podría estar marcado por la desertización. Por un
lado, el INE afirma que en el año 2031 el noroeste español
(Galicia, Asturias y Castilla y León) habrá perdido población de
forma significativa. Por otro lado, los investigadores alertan de que
el cambio climático amenaza con convertir a finales del S. XXI el
sur del país en un desierto que sería la continuación del Sáhara.
Despoblación y desertización, dos retos que marcarán la agenda
política, económica y social del futuro de España.
El
INE ha calculado el futuro de la demografía española hasta el año
2031 y sus conclusiones son: el tercio noroeste español perderá aún
más población y los grandes focos demográficos se centrarán en el
litoral mediterráneo y en el entorno de Madrid. En concreto, las
comunidades autónomas de Galicia, Asturias y Castilla y León
seguirán perdiendo habitantes poco a poco en un proceso que lleva ya
muchos años en marcha y que comenzó durante el desarrollismo
económico del franquismo. Hoy es la falta de inmigración y una tasa
de natalidad muy baja las causas fundamentales de la pérdida de
habitantes en vez de la emigración masiva de los años 60 y 70 del
S. XX. Será una muerte lenta en la que la población anciana no será
sustituida por generaciones posteriores y que afecta con mayor
virulencia a las provincias ya de por sí muy poco pobladas. Así,
según el INE la provincia de Zamora perderá en 2031 hasta un 17% de
su población, Ávila un 13,1%, Orense un 12,6% y Asturias un 11,6%,
por poner algunos ejemplos.
Por
otro lado, son pocas las provincias que verán aumentar su población
y casi todas tienen un elemento en común: están en el litoral
mediterráneo. Las Islas Baleares (+7,7%), Málaga (6,7%), Almería
(6,2%), Murcia (+1,3%), Alicante (+0,7%) o Barcelona (+1,3%)
crecerán. También lo harán las Islas Canarias y Madrid, que pasará
a acercarse a los siete millones de habitantes. En una clara
confirmación futura del carácter fundamental de la industria del
turismo en la economía española, ya que el aumento de la población
se deberá ante todo a la inmigración por motivos de empleo en el
sector servicios y también de una generación de ancianos que se
trasladará allí en su jubilación, la costa mediterránea y el
centro peninsular se consolidarán como los ejes sobre los que
gravitará el país. El resto (con la excepción vasca) estará al
margen de la agenda.
Lo
explicó el periodista Enric Juliana en su artículo “Lo que nos dice la demografía” publicado en La Vanguardia el 5 de julio de
2015 tras la publicación de un mapa que estudia la evolución de la
dinámica poblacional europea entre 2001 y 2011 (ver imagen):
“España se está desplazando al Mediterráneo”. (…) “En
España, la nueva línea de tensión es Oeste-Este. Puesto que la
población ha crecido gracias a la inmigración y no a la natalidad,
los rojos y los azules intensos nos muestran donde están el
dinamismo y la depresión económica. Han crecido el Gran Madrid,
toda la costa mediterránea, con fuerza en Catalunya, Baleares y
Valencia, y el corredor del Ebro. La España del Oeste se despuebla y
envejece”. En 2016 el INE confirma estas conclusiones y las
proyecta hacia 2031 vaticinando un grave desequilibrio demográfico
en el país.
Por
otro lado, a la amenaza de desertización demográfica en el tercio
noroccidental se suma el peligro del cambio climático. Según ha
publicado el Diario El País el pasado 28 de octubre, el investigador
del Centro Europeo de Investigación y de Enseñanza de Geociencias
Ambientales Joel Guiot advierte: “Aunque se cumplan los objetivos
del acuerdo de París, los paisajes mediterráneos cambiarán, los
biomas más secos avanzarán hacia el norte”. “La estrecha franja
verde del norte de África desaparecerá engullida por el desierto.
Los bosques de hoja caduca quedarán arrinconados en las cumbres más
altas. Y un tercio de España será tan árido como lo es hoy el
desierto de Tabernas, en Almería, si no se reducen las emisiones de
CO2”, afirma el artículo. Una desertización que tendrá, sin
duda, grandes consecuencias demográficas provocando movimientos
migratorios que añadirán al tercio sur español, Andalucía
fundamentalmente, al territorio en proceso de despoblación, sobre
todo en su zona interior.
Resultados electorales por municipios 26J 2016 |
Con
dos tercios de España amenazados por la desertización solamente
quedará viva una tercera parte del territorio donde se concentrará
la población y, por consiguiente, la actividad económica, política
y social del país. La franja del litoral mediterráneo y Madrid
serán los ejes de España. El mapa político estará muy influido
por esta evolución que afectará, sobre todo, a los dos partidos
tradicionales que son los que hoy siguen manteniendo el poder en esas
zonas. Incluso se podría decir que las zonas afectadas por la
desertización del futuro son las que hoy ejercen una mayor
influencia política sobre el resto del país a través del Partido
Popular y del PSOE: El PP ha perdido su capacidad que tenía en 2011
de ganar por mayoría absoluta excepto en Galicia y en Castilla y
León, las dos comunidades más afectadas por la pérdida de
población en 2031. Asturias, la tercera comunidad, está gobernada
por el PSOE, cuyo feudo de Andalucía se verá directamente golpeado
por el cambio climático (ver imagen).
Los
mapas de hoy nos revelan que las fuerzas políticas emergentes
(Podemos y Ciudadanos principalmente) se nutren fundamentalmente de
votos en los lugares en los que se produce crecimiento demográfico:
Madrid y la costa mediterránea (ver imagen 3). El periodista Enric
Juliana lo comentó en su artículo “El mapa del 20D muestra que la España del cambio está en el litoral” publicado el 22 de
diciembre de 2015 sobre los resultados electorales de las generales
celebradas dos días antes: “En pocas palabras, la adhesión a los
dos partidos clásicos tiende a hundirse en la España con mayor
dinamismo económico, en las grandes ciudades, evaporándose en el
País Vasco y en la inflamada Catalunya. El bipartidismo, por el
contrario, aguanta bien en la España interior, sobre todo en
Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, la vieja Castilla, y en
las dos provincias más envejecidas de Galicia (Lugo y Ourense)”.
(...) “Hay una España que desea cambios, quizá de manera dispersa
y contradictoria. Y hay otra España que prefiere quedarse como está,
o cambios muy seguros, timbrados por las fuerzas políticas
tradicionales. No es difícil adivinar que en la España
metropolitana se concentran las nuevas generaciones fuertemente
decepcionadas por el derrumbe de las expectativas sociolaborales
provocado por la crisis económica. En la segunda hay más población
mayor”.
La
población mayor ya ejerce hoy una clara importancia en los
resultados electorales. El PP, vencedor en las últimas tres citas
electorales españolas a nivel nacional, es el líder indiscutible
entre el electorado mayor de 65 años. En cambio, Podemos lo es en la
franja hasta los 45 años. Es decir, existe entre los dos partidos
una clara brecha generacional que apunta a ser también territorial
en la siguiente generación. Según el estudio del INE que advierte
sobre la despoblación del noroeste, también se prevé la intensidad
del envejecimiento de la población. De
mantenerse la situación actual, la pérdida se concentrará en el
tramo de edad entre 30 y 49 años, que se reduciría en 4,2 millones
en los 15 próximos años (un 28,5 %) y en 6 millones hasta 2066
(40,1 %). En 15 años años habrá más mayores de 65 años a costa
de personas entre los 30 y los 50 años, justamente la franja que hoy
vota mayoritariamente a Podemos. ¿Lo seguirá haciendo en el futuro?
Si es así, Podemos tendrá la hegemonía política.
A
priori las proyecciones demográficas y medioambientales en España
pintan un futuro complicado para el PP y el PSOE y un escenario muy
favorable para Podemos: los lugares donde hoy son electoralmente
fuertes coinciden con los lugares que concentrarán la vida política,
económica y social de España (prácticamente la vida en un país
casi desertizado), y la generación que hoy les vota tendrá la
hegemonía demográfica indiscutible.
Sin
embargo, vivimos en tiempos de cambios constantes y las predicciones
se basan en las variables de hoy. ¿Qué pasará mañana?
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